Beverley y la biblioteca

Teórico como nadie, polémico como pocos, contradictorio como ya no quedan en la Academia, el profesor Beverley dio su conferencia en la Universidad de California. California, ese esapcio semifantástico que nació de un libro, de una ficción, y que en cualquier momento, debido a la falla de San Andrés, amenaza con convertirse en una isla y separarse por fin del continente americano y de la Unión. El caso es que definiendo la política de la crítica, y haciendo crítica política, Beverley decide hablar en su charla de la biblioteca, resucitando a Borges y a ese espacio insular, aislado y conectado en sí mismo al mismo tiempo, que tanto amaba, y en el que parece haber vivido siempre, no cólo como autor sino como persona. Pero la Universidad de California, con su biblioteca inmensa, situada en un pueblo pequeño, muy pequeño, ah, le recuerda a Beverley a dicha biblioteca, pues nada más no hay nada, sólo los intelectuales de la Academia, en su isla chica, y más allá, no es que haya monstruos, es que no hay nada, como quien dice. En fin, arriegadas afirmaciones, generalidades, para querer decir que el puñado de intelectuales en realidad no saben nada del resto del mundo, ni siquiera del mundo del que dicen hablar y criticar.

Bevereley lo pagó caro, auqella tarde. En el más puro estilo, no ya de Borges, sino de Cortázar, de quien se olvidó al tratar de la política, el liberalismo de los sesenta, América Latina, fue irremisiblemente atrapado por la biblioteca, por la Universidad, por los límites de aquella pequeña isla, porque al intentar salir y abandonar aquel lugar forjado por el sueño de tantos discursos de la ciencia y de las letras, vía a la autopista, como todo buen estadounidense, descubrió que, efectivamente, no había nada, más allá. Y tuvo que frenar desesperadamente para no caer en el vacío.

Dicen que ahora se lo ve pasear al atardecer por el arboretum, tras el edificio de la biblioteca, cambiando de pensamiento cada vez que da un paso, como un Tántalo condenado a interminables años de recurrencias teóricas que, por una vez, se convirtieron en la más extrema realidad.

No se fíen de la teoría, puede llevarles a lugares insospechados.